martes, 26 de mayo de 2009

TODOS TENEMOS ANHELOS

(Mención Primera finalista en el concurso convocado por Espacio Foro Quinto Piso)



GREN
MANE
ANANÍAS
AZIS
VAL
RUTH
o cualquier otro nombre. Jamás se mencionan.




1.-Todos tenemos anhelos...

GREN:
Todos tenemos anhelos. Algunos mayores anhelos o mejores anhelos que otros. Yo sólo tenía uno muy grande. Y lo logré. Puedo estar orgulloso.
MANE:
Yo sólo quería escaparme. La razón era bastante idiota, si quieren. Agua de piña ¿pueden creerlo?
GREN:
Yo lo creo.
AZIS:
Explícate.
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

ANANÍAS:
Soy su vecino de abajo; sí, el que vive solo y practica la zoofilia con sus dos perros sin que ustedes lo sepan. Bien, ahora lo saben. A veces vienen a casa un par de chicos que me venden sus favores. Los contacto por internet. Sé que no es una práctica muy segura, pero no hay mucho que hacer al respecto. Soy un viejo de sesenta años. Además, no cobran mucho y la paso bien. Tengo una pobre pensión que no alcanza para maldita la cosa y por eso me veo obligado a pedirles prestada alguna verdura que les sobre en su refrigerador. No es para una ensalada. La voy a usar para tener prácticas de sexo perverso con uno de los chicos.
MANE:
Dale la rebanada de piña que quedó. ……………..
AZIS:
¿La piña?
MANE:
¡Vamos, apresúrate! No me gusta tener gente en la puerta.
AZIS:
Pero justamente la piña… tanto que costó …
MANE:
¿Pasa algo?
AZIS:
Sí, pero ¿qué más da? Aquí está sobre mi mano… yéndose una posibilidad.
ANANÍAS:
No sé de qué modo me pueda servir. No… creo que no me será útil… y no es falta de imaginación, se los aseguro. De cualquier modo, gracias. Buenas noches.
MANE:
¿En qué estábamos?
AZIS:
En que yo, en cambio, quise huir con la joven colegiala que me sonrió frente a un aparador recién limpiado. Hará un año. Sus ojos resplandecían como el cristal o me equivoqué y vi el resplandor del vidrio limpio reflejado en sus ojos. Pelletier… Gucci… Zara… Ferragamo, Zegna, Guess Who… Levis… todas las marcas se agolparon en mi cabeza. Me acerqué con paso firme.
VAL:
¿Tienes cinco pesos?
AZIS:
¿Disculpa?
VAL:
Es para la máquina de chicles gigantes. Es lo único detrás de un cristal que puedo comprar.
AZIS:
¿Te ha gustado algo de aquí?
VAL:
Sería una idiota hija de perra si no. Todo es fabuloso. Mira esas telas. Estoy cansada de vestir como una colegiala. Me caga.
AZIS:
Podríamos entrar y ver algo que te guste. Algo no muy caro.
VAL:
¿Cuánto traes?
AZIS.
No mucho, pero si tú quieres…
VAL:
¿Si yo quiero? ¿Tú crees que me endilgo esta faldita de cuadros rojos y esta blusa blanca amarrada sobre el ombligo por nada? Tú ves mis tetas, mis piernas, quieres tocar mis nalgas y besar mis labios de colágeno ¿por qué? Por la sencilla razón que quieres creer que soy una colegiala. Te vendo la idea de cogerte a una niña, tú la tomas. Te sientes un papi lindo y abusivo por unas horas… yo cobró y de esa cogida guardo una cantidad para comprarme algo que realmente me guste sin importar el precio, así acumulo un poco, cogida tras cogida, todas las tardes y noches, algunos domingos incluso… y es que quiero algo realmente espectacular no algo “no muy caro” como tú dices. Dime ¿Te alcanza para una hora conmigo incluyendo hotel?
MANE:
Nos desviamos del tema. Ese hombre raro que vive abajo tiene la culpa. La próxima vez, antes de abrir observa por la mirilla. No me gusta ese tipo. Exuda algo maligno. No sé exactamente de qué se trate, pero no me gusta.
AZIS:
A ti no te gusta nada ni nadie, vives como una rata metida en esta casa…
MANE:
Mira quién habla. No creas que no he visto como babeas por esas jovencitas amigas de nuestro hijo… ves una falda a cuadros y enloqueces… quisieras tocarles las nalgas y besar sus labios…
GREN:
¿Se quieren callar los dos? Como decía. No tengo grandes anhelos. Pero el único, el mayor, al menos, lo cumplí. Ahora sólo resta esperar la primera sirena.

2.- La confianza
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

a… coloco un mantel impecable y una vajilla de alegres colores, los cubiertos que limpio con un trapo hasta hacerlos brillar; pongo la sopera que era de la abuela en el centro de la mesa. Miro el reloj. Ya es hora de la comida. Nadie viene. Oigo el reloj. Como sola en la cocina. Eso no es vida. Abre la puerta ¿No oyes que llaman?
ANANÍAS.
Soy yo, de nuevo. No puedo dormir. Sé que es temprano, pero yo acostumbro ir a la cama a eso de las ocho. Antes leía para conciliar el sueño, tenía muchos libros, pero luego descubrí que el mundo se va a ir al carajo por más que leamos… los gobernantes no leen, las chicas que salen en la tele no leen… y si un libro no va a salvar el mundo ¿qué caso tiene leerlo? A veces tomo algún medicamento para conciliar el sueño, pero se me agotaron… y bueno, tengo una receta, pero es un medicamento controlado. El chiquillo de la farmacia no quiso recibírmela. En cambio si recibe mi dinero cuando quiero acariciarlo. Eso es inmoral. Quien no confía en uno, no merece confianza ¿Tendrá algo en su botiquín para dormir?
MANE:
Dale un diazepán. La caja está sobre mi buró ¿qué esperas?
ANANÍAS:
Otra larga noche ¿no?
MANE.
No me lo parece ¿encontraste las pastillas? Ese hombre es un inútil.
ANANÍAS:
¿Es su hijo?
MANE:
¡Qué idea! Fue. Es mi esposo
ANANÍAS:
No, no… aquel chico, al fondo, que ve televisión ¿Es su hijo?
MANE:
Ah sí, él sí… y no ve televisión ¡ya quisiera yo! Pierde su tiempo con uno de esos violentos videojuegos a los que yo me opongo…
ANANÍAS:
Buenas noches… eh… ¿?
MANE:
Es muy reservado. No va a contestar.
ANANÍAS:
Sí, sé como son los jóvenes. Es hermoso… aunque exuda algo maligno. No sé exactamente que sea, ustedes deberían saberlo y estar alertas. Con todo, el chico me gusta. Podría ofrecerle algo de dinero si acepta que yo lo acaricie. Sólo eso.
MANE:
Hay días en que ni siquiera a nosotros nos habla. Debe ser cosa de la edad.
ANANÍAS:
Hay una mujer en el piso de arriba… ¿La conocen? Es mi vecina…
AZIS:
No hay diazepán. Sólo estaban estas cápsulas sin caja.
ANANÍAS:
Démelas. De algo servirán. Gracias. Buenas noches de nuevo.
MANE:
¿En qué estábamos?
AZIS:
En tu cantaleta de siempre… la casa, la cocina, el tiempo que estás sola.
GREN:
Yo sí conozco a la mujer del piso de arriba. A los que jamás he visto es a los vecinos de al lado. Tienen una hija, creo. El padre la abraza junto a la ventana cuando se quedan solos.
AZIS:
¿De qué diablos hablas?
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................
ndo comentarios sarcásticos sobre el agua donde enjuago la ropa interior y pensando, a causa de una estúpida piña sin chiste, que yo no hago nada en esta maldita casa o que lo hago mal. Y no me parece justo.
GREN:
¿Por qué no compras una botella de refresco?
AZIS:
Sí, tu hijo tiene razón, una botella de refresco de un litro es la solución. Por fuerza dulce, por fuerza de algún sabor. Y te dejas de idioteces, haciendo una tormenta en un vaso de agua...
GREN:
…de piña.
MANE:
Sí, búrlense. Esto no vas a saberlo nunca. Pero la verdad es que desde que nuestro hijo daba trompicones en la cocina intentando caminar, he tenido unas brutales ganas de irme, de tomar una maleta pequeña y todo el dinero que he ahorrado a escondidas para largarme sin mirar atrás.
AZIS:
Menos mal que se quedó callada.
MANE:
A pesar de todo, tenemos una buena vida ¿no?
GREN:
Sí, claro… con diazepanes y agua de piña.
MANE:
Son un par de idiotas.

3.- Las largas horas

AZIS:
¿Volveré a verla? No me importaría si no llevara ese traje de colegiala. En realidad, no sé porque cree que eso me gusta. Era ella, de pie frente a los aparadores. Creo que lloraba mientras veía aquel par de zapatos. Me gustaría comprárselos. Sé que son caros y será un gran sacrificio… pero, al fin y al cabo, ya sé donde guardas el dinero que has estado estúpidamente ahorrando a escondidas casi desde que nuestro hijo comenzaba a andar. Ella me gusta. No es su juventud, ni siquiera me parece bonita… sólo es mucho mejor ser humano que tú. Ojalá te lo pudiera gritar a la cara.
MANE:
¿Por qué me ves así?
AZIS:
Tengo que sacar la basura.
MANE:
Más vale, sí. Las cáscaras están fermentando y huelen mal. Me iría ahora mismo, si pudiera.
AZIS:
Necesito respirar y pensar en ti sin ella encima diciendo estupideces, sin mi hijo perdido en la pantalla, siguiendo una pelea en la que no saldrá herido, moviendo únicamente sus pulgares ¿Es eso vida? Tú eres vida, pequeña, sucia, delirante, loca, niña de mercancía. Buenas noches. Qué mujer más rara.
RUTH:
¿Para qué me saluda si sabe que no le voy a responder? Como si no supiera por qué ¿por qué los tipos creen que si uno es soltera delira por sexo? A veces sí, claro. Pero la mayor parte del tiempo no. Siempre me mira de una manera extraña ese tipo de abajo ¿Para qué demonios salí justo ahora por las medicinas? Sólo falta que me tope con el pervertido de al lado. Ese es peor que este. El peor de todos. Como si no supiera que hace cuando entra con sus jovencitos y cierra la puerta. ¿Qué harán? Quiero decir, puedo imaginarme… pero exactamente ¿qué harán? Debo subir, mamá despertó.
AZIS:
Definitivamente un bicho raro. Ni siquiera me atreví a fumar por miedo a que me mordiera la yugular si me atrevía. Pobre mujer… se entiende que esté así. ¿Cinco, seis años cuidándola? Para volverse loca. Hace tiempo que no veo a la anciana.
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

AZIS:
Creí que tú sabías.
RUTH:
Hoy no comiste casi nada ¿tienes sed?
GREN:
Qué más da. Sólo es una anciana. No van a pelear por eso.
MANE:
Esa mujer no me gusta.
RUTH:
Estaba el vecino abajo. Me miró de manera extraña. No me gusta.
AZIS:
¿La anciana?
MANE:
No, su hija.
RUTH:
No me gusta nadie de esa familia. ¿Alcanzas a escuchar todas las mañanas como se pone frenéticamente a dar escobazos? Parece el fantasma de la higiene. Sé que la escuchas ¡hace tanto ruido! Al hijo lo he visto poco, es verdoso, no toma sol ni sale, nunca saluda, parece buena persona, pero igual, no me gusta.
AZIS:
¿Es su hija?
MANE:
¿Quién cuidaría tanto a alguien si no? Sólo un hijo o una madre.
GREN:
Yo no gastaría un minuto de mi vida cuidándolos. Ni muerto, ni loco, ni drogado.
MANE.
¿Tú crees que él nos cuidará con tanta devoción como esa pobre mujer a su madre?
AZIS:
¿Quieres preguntarle? Yo no me atrevo.
RUTH:
Mamá. Tienes que comer algo. No puedo ponerte el suero otra vez, tus venas están cansadas y rígidas. Sólo te dolerá. Por favor, come algo. Sé que me oyes, que en medio de tu sopor me escuchas y sabes que me preocupo ¿me escuchará o sólo creo que me escucha? ¿Me respondes o yo fabrico la voz que me vigila? De cualquier modo, te contesto. No, mamá, sí, mamá, sí, mamá, sí, sí, sí, no mamá… enderézate, mamá… date vuelta, recuéstate, abre la boca, a ver, abre la boca, no, mamá, sí, ven… sube las piernas, no te muevas, cierra los ojos, duérmete, duérmete, sueña, bórrate, muérete, púdrete, hazte polvo, desaparece… ya.

4.- La mudanza

AZIS:
He estado pasando por alto el asunto, pero no creas que no lo he notado… y me ofende mucho que no me hayas dicho que significa todo eso.
MANE:
No entiendo.
AZIS:
Las cajas. Todas esas cajas que nos están rodeando desde hace días ¿Creías que no me iba a dar cuenta?
MANE:
Al contrario. Toda esta maldita semana pensé que él había empacado todas nuestras cosas. Nos mudaremos, saldremos de este apartamento al que llamamos casa, terminará la asfixia, limpiar para nada. Un jardín, tal vez flores. Vecinos que saludan desde el otro lado de la reja, tal vez una tarde, al regresar, pasarías tu brazo por mi espalda y yo recargaría mi cabeza en tu hombro y olvidaría las ganas de escapar. Pero no, tenías que acabar con mis ilusiones como siempre. No, yo no empaqué nada ¿Sería él? ¿Planeará irse de la casa? ¿Cuántos años tiene?
AZIS:
Tú deberías saberlo, eres la madre.
MANE:
Da igual, si planea algo, por lo menos debió habernos avisado. No tiene derecho a llevarse nuestras cosas.
AZIS:
Todo será de él cuando no estemos ¿Has pensado eso? Yo sí. Me quita el sueño no saber qué diablos va a hacer con el dinero del seguro ¿en dónde terminarán mis camisas preferidas? Seguramente va a malbaratar mi colección de discos… ¿quién los escuchará tres años después de que yo ya no esté? ¿Sabes? No es mala idea que se vaya, tal vez sin él presente, me atrevería a golpearte hasta el cansancio, dejarte tirada, en un pequeño charco rojo, ensuciando este piso que tanto limpias a diario… arrancar las cortinas almidonadas, romper tus brillantes platos, escupir en el agua insípida que preparas a diario… y luego pedirte el divorcio. Me asomo a la ventana para recordar el día que me dejaste.
VAL:
Tengo un cliente a las cinco. Necesito trescientos.
AZIS:
Sólo tengo doscientos cincuenta ¿Podemos tomarnos un café? Preferiría atarte a una cama y romperte la ropa, pero ahora sólo tienes tiempo para un café.
VAL:
Dame el dinero. Veo tus ojos y no sé cómo decirte que me aburres con tu mujer histérica y tu hijo alienado, me hartas tú con tu trabajito de quinta y tu edad imposible de ocultar con un tinte y una camiseta elástica. Adiosito.
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

VAL:
¿Dijiste algo? Tengo un cliente esperando…
AZIS:
¿Te veo mañana? Pero no respondes…
MANE:
¿Y qué quieres que diga? Yo tampoco sé nada de esas malditas cajas… pregúntale a él porque está todo empacado, por qué razón dispone de nuestras cosas, qué planes tiene. Con razón no encontraba mi olla exprés ¿en cuál caja estará?
RUTH:
Ya empezaron a revolver de nuevo ¿Los escuchas? Un alma en pena hace menos ruido que esa mujer removiendo sus sartenes. Tú eras igual. Diario limpiar de arriba abajo la casa.
MADRE:
Exageras. Una vez por semana, era todo.
RUTH:
¿Hablaste? Madre… respóndeme… ¿Hablaste o de nuevo me respondo con esa vocecita que te he fabricado dentro de mi cabeza? Mamá… ¿mamá? No me hagas esto… repite lo que dijiste… ya estoy suficientemente enloquecida con tu enfermedad…
MADRE:
Basta. Lo sé. No tienes que echármelo en cara ¿Cómo crees que me siento, inmóvil, muda, postrada en esa cama, sin poder mover un dedo para quitarte esa cara de amargura? ¿No tienes un espejo? ¿No puedes peinarte un poco, ponerte algo de color en esa cara verdosa a la que nunca le da el sol? Sal un momento, búscate un amante, entra a un grupo de voluntarias, sólo déjame en paz, déjame respirar a solas… ya es bastante molesto tener que tolerar que me muevas como un fardo, que me veas desnuda, que me laves, que me grites, que inventes que hablo, que llores en la oscuridad… sal, escápate, desaparece, bórrate ¡déjame en paz!
RUTH:
No tenías por qué ser tan dura… incluso si lo estoy imaginando. Salgo dando un portazo. Respiro profundamente en el pasillo… también aquí huele a encierro. La puerta de enfrente se abre.
ANANÍAS:
Ahí está esa mujer. Buenas noches.
RUTH:
Sabe que no voy a responderle ¿para qué insiste?
ANANÍAS:
Sé que no responderá, pero la educación es la educación. Entro. Los chicos dormitan sobre mi cama, se ven hermosos con las sábanas enredadas por sus breves y delgados cuerpos: como un friso griego… hay restos de piña en el buró y medio diazepán. La verdad es que quisiera que despertaran y se fueran. Este es el peor momento siempre, cuando acabado el deseo sólo quieres, con todo lo que te queda de alma, que se vayan. Marco un número para cancelar una cita que hace tiempo estoy posponiendo. Admitámoslo: soy un cobarde. Le marco. No responde. Hoy no… por favor, hoy no. En la terraza, mis perros rascan la puerta. Desde que los entrené se han vuelto un par de máquinas lujuriosas. Pero hoy tampoco tengo ganas de estar con ellos. Muevo a los chicos. No despiertan.
RUTH:
Mamá despertó. Estoy fuera del departamento, con la puerta cerrada… fumo. No la veo ni la oigo, pero sé que ha abierto los ojos y que me busca, quizá quiere gritar mi nombre ¡Ya voy! Dios… esto no es vida… no he podido salir desde hace meses… apenas voy a poner un pie en la calle y la siento llamarme, ahogada de miedo…no sé cómo hemos sobrevivido… hace días que no me paro en el super… y lo extraño, extraño los anaqueles llenos de cajas con conejos de ojos hipnóticos, mirándome mientras hunden una enorme cuchara en un plato de cereal que cae por todos lados, extraño el insulso olor de la fruta congelada y descolorida, los pasillos de limpiadores… botellas rojas, botellas azules, verde encendido, con las barrigas repletas de limpiadores y abrasivos que harán dar minúsculos e inaudibles aullidos a las pequeñas criaturas que viven en las grietas de los pisos, en los baños, en la mesa de la cocina… ¡Ya voy, mamá! Ya voy… ya voy… rápido, rápido, anaquel central… el de la botella roja con etiqueta amarilla… lo abres, das un largo trago, una mujer con el carrito lleno de yogures no se percata, un niño se detiene y te ve con curiosidad… das otro sorbo largo… ahora si te ve una pareja que coloca dentro de su carrito una bolsa de detergente. No dan crédito y antes de que puedan dar aviso a nadie, tú terminas de beber el amargo y quemante contenido, suicidándote en el anaquel central de limpiadores ¡qué ya voy, carajo! Ni siquiera se puede una morir a gusto.
MANE:
Loca de remate ¿La escuchaste? ¿Con quién hablará?
AZIS:
Tienes que explicarme porque están todas nuestras pertenencias en cajas.
GREN:
¿Y yo que sé? Quítate de en medio… estoy a punto de llegar al nivel 12.
AZIS:
Tu madre hizo una pregunta ¿Qué tramas?
GREN:
Temblarían.
AZIS:
¿Vas a vender nuestras cosas? ¿Estás en apuros? ¿Le compraste droga a alguien y no puedes conseguir dinero para pagarle y te amenazó con poner tus tripas en un tendedero? Todo se puede arreglar, pero no vendas nuestras cosas.
GREN:
¿Creen que me drogo? Qué otras cosas imaginarán a solas, en la oscuridad, mudos de temor…
MANE:
Yo… a veces me imagino que además de drogarte tienes sexo en grupo, incluso con hombres… y pienso que tiene sus ventajas, porque los hombres no se embarazan porque yo no sabría qué hacer si, tras tus porquerías, tres chicas vinieran a llamar a la puerta con tres bebés en brazos. En serio, me pone mal… y prefiero que lo hagas con hombres, de una vez te lo digo.
AZIS:
No, con hombres no ¡Y no me vengas con esas pendejadas de que tenemos que aceptarte tal como eres! No… ni siquiera lo imagino. Bueno… a veces… es lógico, no te conocemos novias, no tienes amigas… hablas por teléfono murmurando para que no te escuchemos… y yo estoy seguro que es un chico. Me horroriza, me da náusea… pero no puedo dejar de preguntarme ¿qué hacen? ¿Cómo? ¿Eres quien… o el que…? No, no me digas, prefiero no saber.
GREN.
Los veo y son transparentes. No los conozco… apenas un par de fantasmas de vidrio. No existen, paso a través de ustedes, subo por una rampa de fuego, dos puertas cubiertas de cráneos se abren y estoy en el centro del infierno. Cruzo un puente. Bajo mis pies borbotea un lago de de sangre hirviente, el puente se desmorona, salto… llego a la otra orilla, sobre mi caen pedazos de un muro viejo, tres demonios revolotean a mi alrededor armados de lanzas, aúllan mientras intentan empujarme al lago de sangre hirviente. Saltó, los evado, le arrebato su lanza a uno de ellos, los atravieso y caen haciéndose pedazos ¡soy un dios! Subo a lo alto de la montaña y recibo, encriptados, los diez mandamientos que rompo contra una roca. Aparece un coro de ángeles, les arranco las alas, uno a uno… cien, doscientos. Cada ala desprendida da cincuenta puntos ¡pura basura! Los demonios son más generosos: dan doscientos, claro siempre es más difícil pelear contra ellos… los números en el marcador suben, logro más vida y un arma. Paso al siguiente nivel ¡sí! ………. ¿Qué?
MANE:
No has escuchado nada. Malditos juegos enviciantes.
GREN:
Yo no metí nada en las cajas. Fue la policía
AZIS:
¿La policía?

5.- Los sueños

RUTH:
No te lo había dicho. No quiero que te alarmes… No, no me pasó nada, me siento bien… sí, es otra cosa: al regresar de la farmacia tuve que dar un rodeo y entrar por las escaleras del patio de atrás, donde se coloca la basura. Había cintas amarrillas en la entrada… cruzaban de lado a lado la puerta… y me pareció ver que en el pasillo también había… ¿asaltarían a los del departamento de abajo? Mamá, el que siempre está cerrado. En el patio me encontré al tipo de abajo… no quise preguntarle… después de todo es el vecino de los de abajo. Jamás los he visto… sé que tienen una hija, el padre apenas le habla. La madre la abraza en la ventana cuando se quedan solas. Quizá los hirieron… no, no son tonterías ¿cómo explicas que no hayan salido de su departamento en estos días? ¿La almohada? Está bien, te la acomodo…espera… cinco meses… lo que llevas en cama…ellos llegaron hace… medio año. Y poco se les ve, según dicen, dos, tres veces. Abre la boca, son senócidos… no, no te voy a envenenar ¡cómo si fuera tan fácil! Ahora el antiinflamatorio… no, ya cenaste… te digo que ya. Buenas noches.
MADRE:
¿Estás dormida? Tengo que contarte algo… no, estoy bien, no te alarmes. Es otra cosa. Cuando saliste a la farmacia… sentí mucho movimiento en el piso de abajo… voces, silbidos, pasos que subían y bajaban las escaleras presurosamente…incluso me parece que llamaron a la puerta, que la movieron, pero en mi estado ¿cómo iba a abrirles? Ni siquiera una bata decente tengo para asomar las narices fuera de la puerta. No insistieron… pero los pasos siguieron resonando un rato, hablaban por radios, en la calle se escuchaban patrullas acercarse y frenar delante del edificio, también afuera hablaban por radios. No me atrevía a asomarme, me dio miedo… me dio miedo que te hubiera pasado algo ¿qué iba a hacer muriéndome yo sola aquí adentro? Quise gritar pero me tapé la boca… te imaginé tirada en el pasillo y yo sin saber nada… qué angustia. Luego los vi ¿Cómo a quiénes? A los vecinos de abajo. No, a esos no, a los que ni tú ni nadie ha visto. Los nuevos. Los de la hija y el hombre callado, los de la madre que fuma demasiado y nunca salen. Los vi. Estaban delante de mi cama, transparentes como fantasmas. La muchachita lloraba y ni el padre ni la madre la consolaban. Lloraba sin consuelo y pensé “Nunca se casará” y me acordé de ti… será como tú… cuidando a sus padres hasta que se mueran o ella se muera ¿me oyes? ¿Estás dormida? Luego se desvanecieron… y supe que algo terrible había pasado en el piso de abajo… luego me quedé dormida y soñé que era mesera… atendía una mesa donde un viejo y una jovencita charlaban…la mesa estaba cubierta de sangre… y ellos no se daban cuenta… ¿qué les sirvo? Les decía… ¿qué les sirvo…?
VAL:
Sólo café, capuchino… ¿se podrá fumar aquí? Que mesera tan extraña ¡Miraba la mesa de un modo! ¿Estaría buscando su propina? Yo fui mesera… poco tiempo porque siempre aspiré a más, desde niña tuve anhelos… y sueños premonitorios… ¿tú sueñas? Bueno…a todo esto ¿vas a querer el servicio completo o como siempre, sólo conversar? Ya veo… ¿sigo hablando? Se me fue la idea… dame un cigarro…No fastidies… i todos nos moriremos de algo y un alto porcentaje será de cáncer…a propósito, tengo un sueño al respecto. Voy caminando por la calle y escucho un lastimero piar…me acerco al filo de la banqueta y veo un nido repleto de polluelos que abren sus picos desmesuradamente… el nido se está hundiendo en un charco espeso de aceite quemado que alguien tiró sobre el asfalto. Es medio día y el aceite está caliente… el nido se hunde y yo no hago nada para quitarlo… las patas de los polluelos se hunden quemándose… espera, no pongas esa cara… ¿de qué serviría salvarlos? Si toco el nido, la misma madre los va a matar o los dejará ahí, deshidratándose bajo el sol…lo que termina siendo igual una putada. Cuando desperté entendí todo: el nido es este mundo… no tiene salvación, ya nos lo jodimos y Dios nos ve desde arriba, poco dispuesto a ensuciarse las manos para sacarnos del charco... ¿para qué? Somos un jodido nido hundido en un charco de putrefacción… de veras, no merecemos nada de los que nos rodea… así que no me jodas con el cigarro. Bueno… ¿Vas a hablar? Como quieras. Un cliente me espera. Son trescientos. Tengo que irme.
ANANÍAS:
No se han ido. Los muevo y no se despiertan. Bien. Sólo un rato más, chicos, luego tendrán que marcharse. Recojo un poco el cuarto. Intento llamar de nuevo para cancelar la cita, pero el teléfono no responde.
VAL:
Perdón. Me entretuvo otro cliente ¿sin ropa o con ropa? No cómo tú quieras, eres quien paga. Sí, claro. Había mucho tráfico cuando salí de la librería… La quieres más arriba ¿cuál pierna? Sí, leo mucho… mi padre me infundió el gusto por los libros… tenía una gran biblioteca, era muy culto. Luego nos abandonó ¿Las nalgas? ¿Hacia arriba y hacia abajo o a los lados? En ochos, ok. Sí, subí de peso… lo notaste… intenté una dieta, quise hacerme vegetariana, para ya no comer cadáveres…pero pensé ¿Qué acaso los tallos y las hojas no son también cadáveres? ¿Más rápido? Y las semillas… es peor con las semillas… son gérmenes… bebés… fetos… comemos fetos vegetales… de cualquier modo, pensé… no nos libramos de ser asesinos. Estamos condenados a matar para sobrevivir… un pollo, un plato de frijoles, un cabrito, un lechón, un germinado… todo es muerte para la vida ¿Ya? ¿Tan pronto? ¡Todo un récord! Ojalá que todos mis clientes fueran como tú. Trescientos cincuenta… ok, ok… trescientos. Nos vemos pasado mañana.
ANANÍAS:
Los perros se han calmado. Los chicos siguen sin moverse ¿qué se meterían esta vez? La juventud está peor cada día. Los muevo. Sus cuerpos parecen un trapo… esto ya no me gusta nada. Chicos, basta… tienen que irse, espero a alguien. No me hagan tener que ponerlos desnudos en la calle… chicos… tomo sus manos… frías… uno tiene los ojos abiertos…inmóviles, inmóviles, espuma espesa escurre de sus labios ¡No! …Dios, dios, dios…
AZIS:
¿Está orando?
MANE:
Demasiado tarde, me parece.
AZIS:
Ahora golpea la puerta y la pared. Llora, creo.
MANE.
Sí, se está arrepintiendo de sus pecados.
AZIS:
Parece que ahora arrastra algo… lo deja del otro lado…
MANE:
Sus culpas.
AZIS:
Regresa corriendo… y arrastra algo más. Debe tener un cúmulo de culpas.
MANE:
Y pensar que le dimos nuestros diazepanes y nuestra última rebanada de piña.
AZIS:
Misma que inyecté de cianuro esta mañana con un solo anhelo.
GREN:
Cuando llegué a la puerta de la escuela me puse de malas porque este día precisamente, tenía ganas de drogarme y el dealer que todos los días me ofrece un gramo, hoy no fue. Grandísimo hijo de puta… de todos los días que no quise drogarme tenía que elegir no ir el día que decidí a tirarme al vicio. Como sea. No entré a la escuela… me metí a un café…
MADRE:
¿Qué le sirvo?
GREN:
Cerveza está bien.
VAL:
Bueno… ¿Vas a hablar? Como quieras. Un cliente me espera. Son trescientos. Tengo que irme.
GREN:
Enciendo un cigarro.
VAL:
Te van a joder. Está prohibido fumar.
GREN:
Sale del café sonriéndome. Dejo el cigarro y voy tras ella.
VAL:
Ay, no… otro imbécil que va a seguirme hasta sacarme el número de celular.
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

GREN:
No hay luz, no alcanzo a ver bien.
VAL:
Llego a los torniquetes. Me pierdo entre la gente. Ese imbécil… si cree que me asusta…
GREN:
Entró. Estoy seguro… pero dentro no hay nadie…
VAL:
Llega el vagón. Subo, lo veo dar vueltas buscándome, parado a medio andén. La gente lo mira. El metro arranca, lo veo desvanecerse… ¿y si sólo iba pasando?
GREN:
Es sólo un viejo edificio abandonado… gris, lleno de telarañas… a punto de caerse… nadie… nadie… nadie… coño, coño, coño… estoy harto de deambular de un edificio gris a otro, corren hacia mi dos mutantes cubiertos de sangre, saco un arma y abro fuego. Salgo del edificio gris…. Abro una puerta …
MANE:
¿Por qué tardaste tanto? Ayúdame a poner la mesa.
GREN:
Me dispara a quemarropa. Salto sobre la mesa, abro otra puerta…
ANANÍAS:
¿Quieres subir a tomar algo? Tengo metanfetaminas…
GREN:
Corro por un pasillo que tiembla, abro otra puerta…
MADRE:
¡No, no, váyase, no tengo una bata decente que ponerme…!
GREN:
Atravieso un departamento en llamas, salto por la ventana hacia un patio oscuro envuelto en neblina…
AZIS:
¡Tú deberías estar sacando la basura!
GREN:
Me pierdo en un callejón, corriendo, saltando, buscándote.
MANE:
Basta. Saca el agua del refrigerador.
GREN:
¡Oye, no tenías que desconectar mi máquina así!
MANE:
Y trae los cubiertos. Voy a irme esta noche. No lo saben, ninguno de los dos. Tengo una maleta pequeña oculta debajo de las escaleras. Cuando los dos duerman tomaré mis ahorros escondidos y saldré. Y antes de cerrar la puerta tras de mí, un dulce olor a gasolina llenará mis pulmones y todo habrá terminado con la chispa de un cerillo. No me mires así, trae las velas, hoy tendremos una cena con velas.
AZIS:
Demasiado tarde para ponerte romántica ¿no?
MANE.
Tal vez sea nuestra última oportunidad.

6.- Los segundos previos

VAL:
Aquí es… tiene que ser aquí…
MANE:
Los otros platos.
ANANÍAS:
Llame para cancelar la cita…
VAL:
El teléfono no sonó…
MANE:
Velas rojas…
VAL:
Da igual, clientes no faltan.
ANANÍAS:
No, entra, entra por favor. Estaba limpiando un poco…
MANE:
Los cerillos, no olvides los cerillos. Deja eso y ven a cenar…
GREN:
Estoy por terminar el último nivel. No me fastidies.
VAL:
Qué fiestecita ¿no? ¿Puedo pasar al baño antes?
ANANÍAS:
Está al fondo de la recámara. No… espera. Te llevo. Cierra los ojos.
VAL:
¿Qué pisé? Déjame ver …
ANANÍAS:
¿Eso? Uno de los chicos. Camina a la derecha o pisarás al otro.
VAL:
Entro al baño, saco una grapa. Me lavo la cara. ¡Estoy harta de estos miserables ancianos melancólicos que apenas y les alcanza para gastarse su pensión conmigo! ¡Me jode! El tiempo pasa y mañana no será lo mismo ¡el espejo mañana no reflejará lo mismo que hoy!¡Putita de quinta! Debería buscarme un narco al menos para dejar de vivir del estado y sus pensiones! ¡coño, coño, coño!
ANANÍAS:
Rompió el espejo. Ya se dio cuenta de todo. Sin salida. Los chicos me dejaron sin salida. Estaba todo tan planeado… con carta…
VAL:
Así que tú eres mi padre ¿Puedes calmar a los perros?
RUTH:
Duérmete, mamá, es sólo una pesadilla…
AZIS:
¿Qué hace ese bidón de gasolina en la puerta?
RUTH:
Lo de siempre, se despierta y me jode el sueño ¿para qué dormir si en media hora sonará la alarma para darle sus pastillas?
MANE:
Déjalo ahí. Unos minutos, siéntense a la mesa… por una vez quiero que cenemos juntos… no importa que no digan nada… vengan
AZIS:
Traeré el agua…de piña. Quiero que la beban…
MANE:
Me pasé cinco horas preparando la comida. Quise hacerles su plato favorito, pero no tienen platillo favorito, de hecho les importa un carajo lo que comen, si tiene o no proteínas suficientes para mantenerlos con vida un día más… Te estamos esperando.
GREN:
Diez segundos, sólo diez segundos…
AZIS:
El agua está fría, le puse más azúcar. No van a notarlo. Dos helados vasos llenos de anhelos ¿Yo? No tengo sed.
RUTH:
Y ahora acomodarte la almohada…los segundos pasan inexorables…Ahora los senócidos… y mañana igual más el antiinflamatorio. Pensaba. Cuando todo termine comenzaré a envejecer, pasaré a ocupar tu lugar frente a la pared. Todo es espera… ¿qué más da que vivas un día después de nacer o setenta, madre? Son segundos previos… no te muevas… déjame acomodar la almohada… quieta… pasará, como pasa todo… no te muevas… no grites, no respires…
VAL:
No pongas esa cara ¿Eres o no eres? Tengo tu boca y tu mirada. Claro, lo demás no. Mamá dice que nos dejaste porque te gustaban los chicos. Pudiste quedarte, tenemos cosas en común, a mi también me gustan los chicos.
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

MADRE:
Esta mañana me sentí mejor. Amanecí con apetito y viendo todo con con optimismo, el sol, las nubes que desfilan por la ventana. Desee salir y saludar a los vecinos con los que nunca he hablado… llevarles un espagueti, ponernos de acuerdo para pintar de blanco el edificio.
RUTH:
Dicen que cuando alguien mejora súbitamente es que está punto de morir… y no estoy lista, sé que hacer contigo enferma, me fabriqué una rutina, un horario… sé que hacer. Pero si te mueres…
MADRE:
Sabrás que hacer. Acomódame la almohada. Sé que me oyes, ponla sobre mi cara. Todo pasó. Sólo damos vueltas al mismo asunto… termina de una vez y coloca la almohada. A lo mejor ya estoy muerta.
MANE:
Hagamos una última oración …
AZIS:
Señor…
GREN:
Todos tenemos anhelos: tenemos la confianza de ganarnos un paraíso, que no sean largas las horas antes de morir, hacer la mudanza y cambiar de vida, son nuestros sueños. Toda la vida, por más larga que sea, no son sino segundos previos antes de morir.
GREN COLOCA UN CARGADOR EN EL ARMA Y DISPARA UNA RÁFAGA SOBRE AZIS Y MANE QUE SIGUEN COMIENDO
RUTH:
¿Y si ya estás muerta…por qué te escucho?
GREN PATEA LA PUERTA Y DISPARA SOBRE LA MADRE Y RUTH, QUE NO SE INMUTAN
MADRE:
¿Ves?
RUTH:
Entiendo.
VAL:
¿Quieres que me quite la ropa?
ANANÍAS:
Me da igual. En realidad no estaría mal.
VAL:
El mismo numerito… colegialas, complejos de Edipo, tríos, perros, viejos pensionados… Tomé un cuchillo ¿lo sabes no?
ANANÍAS:
Sí, como siempre… y como siempre ni te vas a cortar las venas ni vas a herirme…
VAL:
Eres el cliente con mejor rutina.
GREN ENTRA Y DISPARA UNA RÁFAGA SOBRE ELLOS, QUE LO MIRAN LARGO RATO.
ANANÍAS:
Ni un segundo tarde.
VAL:
Me estoy fastidiando de la eternidad.

7.- Los vecinos

RUTH: ´
No está mal… hubiera preferido una casa con jardín.
VAL:
Mi recámara es oscura y húmeda. Anoche soñé que una anciana me miraba.
AZIS:
Pero el edificio es grande y está recién pintado.
VAL:
La ventana está manchada de tiempo. Papá, mamá… ¿me abrazan?
AZIS:
No.
RUTH:
No.
VAL:
¿Seremos felices?
RUTH:
Nadie es feliz, concrétate a sobrevivir sin muchas heridas, con algo de dinero para comer y una cama para morir.
AZIS:
Tengo sed. Pondré la mesa para cenar.
RUTH:
Convendría saludar a los nuevos vecinos.
AZIS:
Poco y bueno. Con los extraños, poco y bueno.
RUTH:
Cenemos.
Mientras cenan parsimoniosamente, se escucha una grabación en la que Gren repite “Todos tenemos anhelos, tenemos la confianza de ganarnos un paraíso, que no sean largas las horas antes de morir, hacer la mudanza y cambiar de vida, son nuestros sueños” ráfagas de balas, gritos, cuchilladas en el aire, voz ahogada por una almohada, Mane ríe mientras crepita el fuego, llanto, gritos. Silencio. Largo silencio. Llaman a la puerta.
VAL:
Estaba pensando… todos tenemos anhelos… cambiar de cuerpo para tener éxito, cambiar de casa para cambiar de vida… pero todos los cuerpos y las casas son, en el fondo la misma cosa: huesos y fosas… toda la vida, por más larga que sea, no son sino segundos previos antes de… olvídenlo.
Vuelven a llamar. La puerta se abre. Gren avanza.
............................................SI ESTÁS INTERESADO EN EL TEXTO COMPLETO, ESCRIBE A koefora@gmail.com
...........................................

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejando su huella: