Teatro breve
Teatro mínimo
Personajes:
Camelio (el “S” 9)
Bernabé ( el “S” 6)
Secuestrado
Voz en off de el “S” 3
La luz se
va haciendo paulatinamente sobre la escena: un sótano húmedo, un mueble viejo
con chácharas, una mesa mugrienta, sillas desvencijadas. Sentado en una de las
sillas, Bernabé, revisa una cartera. En otra silla, inmovilizado con cinta
canela y con un costal negro cubriéndole la cabeza, está el secuestrado quien
parece dormitar de cansancio. Camelio, desde la oscuridad, escucha atentamente
las instrucciones que les están girando por radio. Va armado.
“S” 3
(Off):
S “9”… S
“9” procedan con el conejito. Luego, esperen instrucciones. Cambio
Camelio:
S “3”,
aquí “S” 9 copiando… ¿conejito deja conejera? Cambio.
“S” 3
(Off):
No sea
pendejo, “S” 9… hay que sacarle filetito a conejito…
Camelio:
¿Está
seguro, “S” 3? Cambio
“S” 3
(Off):
Chingada
madre, “S” 9 ¿qué no oyó? Su pinche familia no va a soltar ni madres si no
ejercemos presión. Procedan con el conejito y en un rato les llamamos para que
sepan a qué horas pasan por el filete. Cortando.
Camelio
corta comunicación. Mira el triste panorama, no sabe qué hacer.
Camelio:
(Observando
lo que inspecciona Bernabé) ¿De dónde sacaste eso?
Bernabé:
Estaba
junto al carro… se le debe haber caído a este cuando lo encajuelamos… (Agitando
el recorte de una chica de playboy) ¡Ay, cabrón… “ira” que vieja tan
rica trae… y bien dobladita…!
Camelio:
(Arrebatándole
la cartera y el recorte) Esto es mío, no seas pendejo (los guarda). Hay que proceder…
quieren un filete… de conejito.
Bernabé:
¡Por fin,
algo de acción! en caliente… tráete el alcohol… algodón… el cutter...
Al
escuchar esto, el secuestrado brama desesperado desde su inmovilidad. Bernabé
se estira haciendo aspavientos. Va al mueble, busca lo que le pidió Camelio
quien, en tanto, desata la mano izquierda del secuestrado que intenta resistirse. Manotea,
Camelio no puede controlarlo.
Bernabé:
Chale… me
hubiera traído camisa oscura, esta va a valer madre… cutter, algodón… alcohol…
¿qué más?
Camelio:
No sé…
¿anestesia hay?
Bernabé:
¡No mames
que anestesia! (Agitando una liga de látex) la liga… así se hace
menos puerquero…
Bernabé
se acerca a Camelio, coloca las cosas al alcance, el secuestrado intenta, con
la mano libre, manotear para liberarse. Bernabé se pone tras él y lo
contiene.
Bernabé:
Ya pues,
quieto si no quieres que te rebanemos la mano entera. No te va a doler, papá,
es rapidita la cosa… para que tu familia aprenda que esto no es un juego. (A
Camelio) Vas, córtalo tú.
Camelio:
¿Qué? ¡No
chingues!… ¿a poco crees que lo voy a hacer yo? ¡Tú eres el experto!
Bernabé:
Ni
madres, yo tengo más rango en el comando… yo S6, tú S9… ¡Vas!
Camelio:
No me
hagas eso, S6, vas…
Bernabé:
¡Pinche
Camelio! si no tienes tanates para rebanar cristianos ¿Para qué te andas
metiendo en esto? (Maniobra sobre el secuestrado, fijándole la mano
sobre la mesa con cinta canela)
Camelio:
¡Chingada
madre, S 6, no digas mi nombre, te está oyendo este!
Bernabé:
Ya pues,
ni que fuera a salir vivo de esta… yo no tengo la culpa de que te hayan puesto
ese pinche nombre tan culero… A ver, voy… (Saca el cutter. Burlón) ¿Cuál
dedito ocupas menos, papá? (El secuestrado llora. Bernabé levanta el
cutter) Camelio, distrae a Bernabé)
Camelio:
(Incapaz
de ver mutilación, abruptamente, para distraer a Bernabé) ¡Yo me lo puse!
Bernabé:
¿Qué?
Camelio:
El nombre
de Camelio… es el… mi primer paso…
Bernabé:
(forcejeando
con el secuestrado) Ah, chingá… No te entiendo, Came… ayúdame y luego
platicamos
Camelio:
Sí,
Bernabé, el primer paso… yo… no te vayas a agüitar, pero… ¿cómo te
explico? Pues… (de golpe) quiero ser Camelia, Berna…
¡pero no soy joto!… eso no… con este bisne, pensaba irme al gabacho a
buscar un buen cirujano… ya sabes… para...cambiar… de sexo…
Bernabé:
No mames,
Came… entonces sí eres joto.
Camelio:
¡Claro
que no!… me laten las viejas, de a madres, Berna… pero… es como si mi cuerpo no
fuera el… la neta es que no sé ni porque te lo estoy diciendo… pero eso
es lo que siento… y necesito varo, Berna… (Agitando las manos delante
del pecho) quiero tener unas de las de acá… y siento como que… pues…
como que me sobra algo… (señala su pelvis) Con lo que me
toque, me voy a pagar la cirugía… pero cortar dedos, no mames, Berna. Yo
no hago eso.
Bernabé:
(Muy
serio) Entonces, sí… sí eres jotito, Came… aunque te gusten las viejas.
Bernabé y
Camelio se miran. El secuestrado deja moverse… golpea el piso con el pie,
los frota contra las baldosas… como buscando crear una suerte de código.
Bernabé:
¿Y ora,
este? Ya, hay que cortarlo en caliente…
Camelio:
Espérate…
quiere decirnos algo…
Camelio
le descubre el rostro. El secuestrado, aunque aterrorizado, intenta controlarse
y masculla algo. Bernabé le quita la cinta de la boca.
Secuestrado:
Disforia…
Bernabé:
¡Ah pero
que pendejada es esa…! (Amenaza con golpearlo, Camelio lo detiene)
Secuestrado:
¡Disforia
de género!… Muchos sienten lo mismo que tú…… ¡yo puedo ayudarte!
Camelio:
(Desconfiado)
¿Cómo?
Bernabé
no espera, le vuelve a poner cinta en la boca al secuestrado.
Camelio:
¡Déjalo
hablar, chingá!
Bernabé:
No hay
tiempo para tus joterías…
Camelio
saca el arma y le apunta a Bernabé.
Camelio:
Quítale
la cinta. ¡En caliente, pues!…
Bernabé:
(Mientras
le quita la cinta al secuestrado) Esto te va a costar una putiza, pinche Came…
acuérdate que tengo más rango que tú…
Camelio:
Pinche
rango jodido… si nomás somos 9 en la banda… (sin dejar de encañonar a Bernabé)
A ver, tú… ¿y cómo está eso de que me puedes ayudar?
Secuestrado:
Soy
cirujano plástico… de los mejores… puedo operarte…
Camelio:
Nomás te
está choreando, pinche Camelio…
Secuestrado:
Busca mi
tarjeta en la bolsa de mi camisa… trae mi página de internet, puedes checarla…
hay fotos de las cirugías que he hecho.
Camelio:
¿Y cómo
en cuanto anda saliendo una operación de esas?...
Secuestrado:
Depende…
si sólo quieres prótesis en pectorales… o cambio total… podemos negociar…
Bernabé
se lanza y sujeta del cuello al secuestrado. Camelio le apunta a Bernabé.
Bernabé:
¡No seas
pendejo, Came! ¡Baja el arma y vamos a cortarlo ya! No tardan en llegar por el
dedo…
Secuestrado:
¡Si me
mutilan no podré operarte…! ¡Lo haré gratis, te lo juro!
Bernabé:
¡No te va
a servir de nada tener chichis cuanto te parta tu madre el S1!
Camelio
apunta, no sabe qué hacer, finalmente baja el arma. Bernabé vuelve a cubrirle
la cabeza al secuestrado y prepara el cutter. El secuestrado se agita. Camelio,
abre la botella de alcohol, Bernabé espera que eche un chorro sobre el dedo que
va a cercenar, pero Camelio, súbitamente, le arroja el alcohol a la cara,
cegándolo. Le quita el cutter de la mano y se lo clava en el cuello. Bernabé,
atónito, se tambalea y cae. Camelio se recupera, le descubre la cabeza al
secuestrado, quien lo mira aterrorizado. Camelio se sienta frente a él, saca
de la bolsa la cartera y de esta el recorte de la revista de playboy…
CAMELIO:
Así…
quiero… parecerme…tener todo eso… ¿se puede?
El
secuestrado observa la foto, mira a Camelio, asiente en silencio. Camelio,
feliz, comienza a desatar al secuestrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejando su huella: